“Debido a una explotación inconsiderada de la naturaleza, [el hombre] corre el riesgo de destruirla y de ser a su vez víctima de esta degradación. (...) No sólo el ambiente físico constituye una amenaza permanente: contaminaciones y desechos, nuevas enfermedades, poder destructor absoluto. Es el propio consorcio humano el que el hombre no domina ya, creando de esta manera para el mañana un ambiente que podría resultarle intolerable. Problema social de envergadura que incumbe a toda la familia humana entera”.
Otro antecedente reseñado en la Caritas in Veritate lo constituye el mensaje de la Jornada Mundial de la Paz de 1990 de Juan Pablo II titulado “Paz con Dios creador, paz con toda la creación”. En este mensaje, Juan Pablo II mostraba su apoyo efectivo y su valoración de la “conciencia ecológica”, que debía traducirse en iniciativas concretas. Igualmente, enunciaba la idea de la íntima relación que existe entre el abuso del medio ambiente y de los recursos naturales como obstáculo al logro de la paz mundial.
Como nota anecdótica, constatar que fue Juan Pablo II en el año 1979 quien proclamó a San Francisco de Asís como patrono de la Ecología:
“Entre los santos y los hombres ilustres que han tenido un singular culto por la naturaleza, como magnífico don hecho por Dios a la humanidad, se incluye justamente a San Francisco de Asís. Él, en efecto, tuvo en gran aprecio todas las obras del Creador y, con inspiración casi sobrenatural, compuso aquel bellísimo “Cántico de las Criaturas”, a través de las cuales, especialmente del hermano sol, la hermana luna y las estrellas, rindió al omnipotente y buen Señor la debida alabanza, gloria, honor y toda bendición”.
Con independencia de lo que acabamos de comentar, se puede llegar a pensar que la ecología no ha sido una prioridad en el pensamiento social cristiano, dando, incluso, la sensación de que se trataba de una prioridad más vinculada a determinados movimientos sociales. Como muestra, recogemos lo expresado en las Actas del Seminario del Secretariado de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Española, que se celebró en el año 2002, citado anteriormente:
“Desde hace cuatro años, el Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) viene convocando a los responsables de la pastoral del ambiente de las Conferencias Episcopales de Europa a una reunión anual con el objeto de promover la reflexión teológica sobre la ecología y la creación, así como para intercambiar experiencias sobre pastoral del ambiente. No hay una estructura pastoral consolidada y continua que se ocupe de esta temática en nuestro país. Por ello, esta iniciativa de convocar un Seminario de expertos es un paso inicial para que la Iglesia española pueda incorporarse también a una reflexión y una praxis que ya se está desarrollando en otras Iglesias de Europa...”.
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