Y lo que hicieron Adriá, Aduriz, Subijana, Arzak, Santamaría, Ruscalleda y sus secuaces fue educar, difundir la palabra de Don Pelayo. Así, dieron mil conferencias, fueron a la televisión y, aunque empezaron por apariciones breves, pasaron a tener programas y luego canales de cocina. Salieron de la pantalla hasta las casas, y ya hay por todas partes suplementos, libros de recetas, cursos de cocina, escuelas especializadas… Que levante la mano quién no haya comprado educación en la cocina en el último año. Hoy pagas encantado, ¿no? Pues inicialmente fue gratis.
Creo que muchos podríamos aprender de esto. Creo que para que España reflote tiene que aprender de Don Pelayo. Creo que muchos trabajos pueden emplear bastante de lo aquí aprendido.
¿Se te ocurren negocios que pueden aplicar muchos de estos logros?
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