Perversión de valores

Los valores, a nivel organizacional, están de moda y se publicitan mediante formulaciones con componentes que parezcan atractivos, pero como hay valores positivos y negativos, resulta engañoso, sobre todo cuando lo negativo se nos presenta como positivo: el concepto “bien” no significa lo mismo para todos. Definir y catalogar antivalores es tan difícil como hacerlo con los valores.

Actualmente, con cierta frecuencia, aparece el tema de los valores y me asalta la idea de que se están manejando determinados antivalores/contravalores como si fueran verdaderos valores: la mentira, astutamente manejada, se convierte en habilidad, presumiendo ser más inteligente el engañador que el engañado; la hipocresía se viste de simpatía; las normas/códigos tapan decisiones perniciosas. En suma se puede hacer el bien y el mal, o lo contrario, pues todo es relativo, “depende de”: relativismo a ultranza.

Casi un proceso aleatorio como la “la transformación del panadero”: la masa de bien y mal se estira (para homogeneizar) y se pliega (para manejar). Casi una Teoría del Caos.

Si es difícil acordar una definición de valor, resulta aún más complicado aceptar la de antivalor/contravalor/disvalor.

 
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