Como resumen, si la tercera parte de los viajes que realizamos en automóvil los hiciésemos en bici, podríamos llegar a ahorrar:
Visión a medio plazo entre la promoción de la bicicleta pública, de la bicicleta privada y de la construcción de nuevos carriles bici
Políticas más comunes a favor de la bicicleta
Se necesita dar un enfoque completo, no basta con infraestructuras, hay que tener en cuenta la configuración urbanística o las normas y la gestión de tráfico, así como las medidas de promoción que afectan a la cultura de la movilidad.
Este conjunto de medidas afecta a todos los departamentos municipales y requiere una coordinación transversal. A su vez, la cooperación debe ser vertical, es decir, la promoción de la bicicleta es tarea tanto de la administración estatal, como de la regional y la municipal.
En este marco es a su vez imprescindible considerar a los peatones y al transporte colectivo como aliados y que todos formen un conjunto.
Por otra parte, la intermodalidad entre la bicicleta y el transporte público es de gran importancia, ya que no todas las distancias pueden ser recorridas en bicicleta y, a su vez, no todas las estaciones y paradas del transporte público están al alcance del peatón.
Además es primordial garantizar que la red viaria pueda ser utilizable en condiciones adecuadas y seguras por los distintos modos de transporte y, sobre todo, por aquellos más vulnerables que además son más sostenibles.
En resumen, la promoción de la bicicleta no debe tener un enfoque solamente sectorial sino un enfoque integral y global de la movilidad, lo que requiere la redacción de un plan de movilidad para todo el municipio.
De esta manera es mucho más fácil valorar o definir objetivos para cada modo de transporte.
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