Las relaciones entre ciencia y religión se pueden enfocar desde tres puntos de vista: histórico, epistemológico y sociológico. La primera pregunta que se plantea es si son entre si compatibles o incompatibles. Dentro de la compatibilidad se puede destacar su autonomía y desde ella el diálogo y la complementariedad. El problema de los orígenes del universo, la vida y el hombre puede plantearse desde la religión y de la ciencia. Aunque esto llevó a ciertos conflictos hoy encontramos que no tiene por qué oponerse. El campo de la ética es un terreno en el que ciencia y religión se encuentran.
Con el título “Ciencia y religión, dos visiones del mundo”, Agustín Udías Vallina, jesuita y catedrático de geofísica en la Universidad Complutense de Madrid, ha publicado un libro (Santander: Sal Terrae, 2010) sobre las relaciones entre ciencia y religión. Este es, hoy en día, un problema candente que tiene una gran tradición en la cultura anglosajona y está despertando un gran interés en nuestro país. Muchas preguntas están en el ambiente, a las que no siempre se dan las respuestas correctas: ¿Son ciencia y religión incompatibles y opuestas? ¿Ha perseguido la Iglesia a los científicos? ¿Murió Galileo en la hoguera condenado por la Inquisición? ¿Han condenado los papas la teoría de la evolución? ¿Son la mayoría de los científicos materialistas y ateos?
Muchas afirmaciones negativas sobre la relación entre ciencia y religión se siguen repitiendo hoy, a veces con enconada virulencia; de hecho, algunos ven en la religión un virus maligno que se opone al progreso de la ciencia. El tema necesita de una reflexión seria y serena que examine la ciencia y religión como formas de conocimiento y fenómenos sociales, y cómo ha sido su relación a lo largo de la historia, en especial, en lo que respecta al cristianismo. Este es el enfoque de este nuevo libro.
Nadie puede hoy dudar de que la ciencia y la religión son, sin lugar a dudas, las dos grandes visiones sobre el mundo. Aunque hay otras, como la artística, estas dos tienen una extensión y fuerza que las sitúan como las dos más importantes maneras de mirar al mundo. En general, podemos decir que la ciencia trata de comprender la naturaleza del mundo material que nos rodea, cómo ha llegado a ser, cómo lo conocemos y qué leyes lo rigen. La religión, por otro lado, trata de lo que transciende el mundo material y pone al hombre en contacto con lo que está más allá, lo numinoso, lo misterioso, en una palabra con el misterio de Dios y su relación con el hombre y el universo. Éste es el enfoque que toma el autor y trata de analizar ambas visiones y establecer cuales pueden ser las relaciones que hay entre ellas.
Las relaciones entre ciencia y religión pueden enfocarse desde diversos puntos de vista. Este estudio se centra en tres: el histórico, el epistemológico y el sociológico. Tanto la religión como la ciencia son fenómenos culturales que han estado presentes a lo largo de la historia desde la más remota antigüedad. A veces se corre el peligro de suponer que la ciencia empieza con la ciencia moderna del Renacimiento, olvidando todos los desarrollos anteriores. Esto es un grave error, ya que el nacimiento de la misma ciencia moderna no puede entenderse sin los desarrollos científicos anteriores. Remontándonos a los albores de la ciencia en la antigüedad podemos encontrar ya interacciones con la religión.
Un interés especial tiene la relación entre el cristianismo y la ciencia, ya que la ciencia moderna nace precisamente en el occidente cristiano. Esta relación comienza con los primeros autores cristianos del siglo III y se continúa a lo largo del tiempo hasta nuestros días. A veces se simplifican y se presentan conclusiones erróneas sobre esta relación al no tenerse en cuenta cómo ha discurrido a lo largo de la historia. El enfoque histórico es, por lo tanto, imprescindible para llegar a una visión correcta del problema.
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