El día 27 de febrero, como ya es tradición en los últimos 13 años, tuvo lugar el primero de los dos encuentros anuales de la promoción 1963 y afines. En esta ocasión participamos un total de 53 personas.
La jornada empezó con una misa en la capilla de la tercera planta de Alberto Aguilera, 23, dirigida por Borja Dantart, presbítero e hijo de Ricardo y Maisa, presentes en el acto. La eucaristía dio comienzo con unas palabras de Benjamín Galiana, delegado de la promoción, que realizó una dedicatoria especial a Marisa, esposa de nuestro compañero Francisco Carrera, también entre nosotros, que nos dejó el pasado 2009. Nos emocionó la homilía de Borja, que desde el pasado año llena de alegría con su juventud y cariño la falta del inolvidable padre Goicoechea, nuestro antiguo profesor, que durante largos años nos acompañaba de forma permanente e indicaba que era para él la misa más feliz de cada año. En el ambiente se palpaba la intensidad y concentración de los asistentes. Ricardo Dantart nos recordaba, en preces preparadas de manera especial, uno a uno todos los compañeros que ya no están entre nosotros, así como las esposas, hijos e incluso un nieto, con peticiones expresas por el ICAI.
La comida tuvo lugar en el restaurante La Vendimia, del Gran Hotel Conde Duque, Plaza del Conde del Valle Suchil, muy cercano en su distancia al ICAI y abierto ex profeso para nosotros. En los postres hubo diversas intervenciones sobres tres temas fundamentales: el ICAI en la actualidad, novedades de nuestro grupo y programa del viaje para el presente 2010.
Como es tradición se agradeció la presencia de los desplazados desde fuera de Madrid y se informó con detalle de los compañeros que no habían podido asistir por diversos motivos. Se leyeron algunos de los correos dirigidos a los organizadores, con recuerdos para todos los asistentes, explicando la pena que les producía no encontrarse en esos momentos entre nosotros.
El viaje del año 2010 se realizó desde el 28 hasta el 30 de mayo. El corazón del recorrido fue Villaescusa del Ebro-Orbaneja del Castillo, impresionante cañón del gran río, en cuyo ámbito se agrupan un conjunto de iglesias rupestres (siglos VI al X), que recuerdan la Capadoccia turca, tan poco conocida en España; tampoco dejamos en el olvido San Miguel de Presillas con su espectacular exterior. El domingo 30 de mayo tuvimos una misa en la iglesia de Olleros de Pisuerga. No faltó un pequeño paseo alternativo, para abrir el apetito, por la Cordillera Cantábrica en el entorno del Parador de Cervera de Pisuerga, donde residimos.
Nuestra gratitud especial a la compañía de María Elena y Pili, integradas de forma plena y con el ferviente deseo de contar con ellas de manera permanente. Entre nosotros, siempre presentes, los inolvidables José Antonio de las Heras y Antonio Mur.
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