Los engranajes del cielo: El planetario opto-mecánico, una joya de la mecánica en vías de extinción (I)

Figura M

El mecanismo más complicado del proyector del Sol es el de simulación de eclipses [Figura N2]. Consta, en su construcción normal, de un disco con zonas circulares opacadas que simulan la esfera lunar. En ese disco rotatorio se han impreso las posiciones más típicas que puede adoptar la Luna, que al pasar por delante de la diapositiva del Sol, va opacando parte o la totalidad del Sol, produciendo los diferentes tipos de eclipses, parciales, anulares o totales. En este último caso, un proyector adicional [N3] produce una imagen superpuesta de la “corona solar”, sólo visible durante los eclipses totales de Sol, para explicar este fenómeno. La iluminación del proyector auxiliar de esta imagen está sincronizada mecánicamente con el punto máximo del eclipse total, y sólo proyecta la imagen de la corona durante la fase de totalidad.

Proyector de Luna

El proyector de la Luna, es diferente, puesto que no se trata de un planeta que gira alrededor del Sol, sino de nuestro satélite que orbita alrededor de la Tierra. En cualquier caso, el principio de funcionamiento es el mismo, proyectándose la imagen de la Luna según la línea visual Tierra-Luna, siendo en este caso el pivote que representa la Tierra el central, y el de la Luna el que da vueltas a su alrededor [Figura N4].

Representar este movimiento de forma realista es complicado, puesto que hay que tener en cuenta que la órbita de la Luna no es circular sino que tiene una excentricidad de 0,055 en su órbita elíptica, que hace que su movimiento no siga la órbita con velocidad constante. Además, su órbita no está en la eclíptica exactamente, sino que forma un ángulo de 5° 9’ con ella. El plano inclinado de esta órbita tiene además un movimiento de retrogradación de nodos, es decir, que gira respecto al plano de la eclíptica, haciendo que la línea de corte del plano de su órbita con el de la eclíptica, llamada línea de nodos, vaya retrocediendo, volviendo a su posición inicial al cabo de 18,6 años. En la práctica, este movimiento se reproduce haciendo girar todo el soporte del plato de la Luna [Figura N5], manteniendo su inclinación de 5° 9’, sobre el armazón, alrededor del eje de la eclíptica y que pasa por el punto central donde se ha colocado el eje o pivote que define la posición de la Tierra.

La Luna debe dar una vuelta en su órbita en 27,32 días, un mes sidéreo, pero la línea de nodos da una vuelta cada 18,61 años (250 veces más despacio), y ambos movimientos deben alimentarse a través del mismo piñón de arrastre. Aunque es mucho más lento, no puede prescindirse del movimiento de retrogradación de nodos porque explica y reproduce la variación de las fechas de los eclipses de Sol y de Luna con el paso del tiempo, su ocurrencia y el período de repetición cíclica de los mismos, o “Saros”.

El proyector de Luna cuenta además con un disco de eclipses similar al del Sol, con las diferencias lógicas de que la sombra terrestre proyectada sobre la Luna es mucho mayor y más difusa, en este caso.

 
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