La vida cotidiana y el aprendizaje

¿Cómo puedo utilizar la inducción electromagnética para ligar mejor? ¿Qué tiene que ver el principio de inducción con el estudio de una asignatura? ¿Por qué resolver un problema de física puede ser tan fácil como hacer la compra? ¿Qué se puede aprender del programa Bricomanía? ¿Por qué un número double es análogo al rozamiento? ¿Por qué es similar el diseño del estudio al proceso de compra de un móvil y a un material ferromagnético? ¿Por qué las unidades y los ordenes de magnitud son importantes a la hora de seleccionar un trabajo? ¿Por qué los ingenieros hablamos en porcentaje? ¿Este artículo de qué va y por qué comienza con unas preguntas tan raras? ¿Se habrá vuelto loco el autor de este artículo?

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Autor: Enrique Lobato Miguélez

Enrique Lobato Miguélez Dr. Ingeniero Industrial del ICAI por la Universidad Pontificia Comillas (1998), es Investigador del Instituto de Investigación Tecnológica y Profesor Propio del Departamento de Electrotecnia y Sistemas de la ETSI-ICAI de la Universidad Pontificia de Comillas. Imparte la asignatura de Fundamentos Físicos de la Ingeniería de primer curso de Ingeniería Industrial.

Es indudable que los tiempos docentes han cambiado mucho desde que yo empecé la carrera allá por el año 1992. La invención de Internet ha supuesto un verdadero cambio de paradigma sobre los medios docentes empleados tanto por profesores como alumnos. Por otro lado, entre los docentes universitarios es generalizada la opinión de que el bachillerato está actualmente viciado, creando una cultura del mínimo esfuerzo, la percepción de que todo se puede conseguir al instante prácticamente con apretar el ratón, y dando la idea de que la ciencia infusa es un concepto al alcance de todos. ¡Nada más lejos de la realidad! La ciencia infusa no existe, todo en esta vida exige un esfuerzo y para recoger, qué duda cabe de que primero hay que sembrar.

Recientemente he leído el libro de Ken Bain ‘Lo que hacen los mejores profesores universitarios’, libro de recomendada lectura a todos los profesionales docentes. Una de las ideas que se sugieren es intentar despertar la curiosidad de los alumnos, fomentar su atención e incrementar su motivación a través de preguntas que cada disciplina puede ayudar a resolver. Tras su lectura, he estado pensando en adaptar en forma de pregunta algunas de las analogías (en algunos casos anécdotas que rozan el límite de la tontería) que suelo contar a mis alumnos de primer curso en la asignatura de física. En este artículo presento algunas de ellas, las que he considerado más graciosas o que más analogía presentan con la vida cotidiana o con el aprendizaje. ¡Hay que ver lo que se parecen muchos aspectos de la vida cotidiana a los aspectos técnicos que impartimos dentro de un aula!

Con este artículo pretendo arrancar una sonrisa a todo aquel que lo lea, y mostrar como el uso de analogías a través de la formulación de una pregunta conflictiva, extraña o curiosa puede ayudar a captar el interés, aumentar la motivación y mejorar el modo en que los alumnos aprenden los contenidos que se imparten en el aula. Creo que con ello consigo que mis clases les resulten más entretenidas y más didácticas a mis alumnos, y a la par hace que me lo pase mejor y me guste más la labor docente que desempeño.

 
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