Además, y quizá lo más importante, tiene que representar las distintas fases de la Luna según avanza en su órbita y en función de su posición relativa al Sol. El mecanismo simulador de fases de mejores resultados utiliza un obturador hemisférico [Figura O]. Se sustituye la diapositiva de la Luna por un espejo, en el que las marcas de la superficie de la Luna se han grabado en el vidrio del espejo, obteniendo distintas reflectividades. El haz de luz no atraviesa la diapositiva, sino que es proyectado sobre el espejo y reflejado por el mismo camino en que ha llegado, ya con las marcas de la superficie lunar en su imagen. El espejo va sujeto por dos soportes que siguen la dirección del diámetro Norte-Sur. El obturador de fases es una superficie semiesférica opaca, muy delgada y que gira alrededor de los soportes del espejo lunar. Haciendo girar esa semiesfera en su eje Norte-Sur se obtienen todas las formas posibles de las fases de la Luna de una forma continua. Cuando ese obturador hemisférico está exactamente detrás del espejo lunar, no interfiere en el camino de la luz y se proyecta la Luna Llena. Cuando está girado 180° más y tapa por completo el espejo, se reproduce la Luna Nueva. El movimiento de este espejo es de una vuelta cada 29,53 días, que es la medida del mes sinódico.
En conjunto, el proyector de Luna es el más complicado y voluminoso de todo el armazón de planetas.
En este artículo hemos explicado los componentes de un planetario y sus funciones. En el próximo describiremos cómo se consiguen reproducir sus movimientos. También hablaremos de los últimos desarrollos y del futuro de los planetarios ante el rápido cambio tecnológico.