Precisamente la que zigzaguea por la 950 es la que nos ha dado una diferencia de cota entre “su” principio y “su” fin de 5 m, que corresponde a una pendiente de 5/5000 0,001 o sea, un uno por mil.
Se nos dice, y lo podemos creer, que los romanos tenían, según Plinio, diversas formas de “hacerse” con el oro que esas verdaderas montañas de materia (barro y piedras) llenas de oro, contenían. Y parece que para ello se aprovechaban del agua de una manera muy distinta a la que usaron los buscadores de oro del Oeste Americano o simplemente los astures en el Duerna, donde dejaron en sus laderas murias de canto rodado que después de 20 siglos ha habido alguien que le ha apetecido llevarse para adorno de jardines (¡la pátina del tiempo!) a 7 ptas./kilo.
Una manera similar al del Oeste Americano usaron hasta el siglo pasado las Aureanas de Pumares (pueblo muy cerano a Las Médulas) al otro lado del río Sil. Pasaban el verano bateando las arenas que el Sil había dejado en sus orillas con las crecidas de invierno. Con ello ayudaban a su economía no muy boyante.
De todas formas, siempre valiéndose del agua. Pero Plinio no lo explicó muy bien y eso ha dado pie, en mi opinión, a hipótesis que tienen poco fundamento si se quiere aplicar la hidráulica: que se ha estudiado desde hace mucho tiempo por muchos autores.
Quizá el más conocido es Bernouilli (año 1738) con su teorema de hidrodinámica, pero le siguen Woltmen (1791), Long (1896), Prong (1804), Doney (1858) y no son los únicos.
El número de Reynolds que se da en un conducto cerrado (Re) viene dado por la dimensión del conducto (D), la velocidad del fluido que lo atraviesa (W) y su viscosidad cinemática (), concretamente
Recordando fórmulas de hidráulica, el coeficiente de viscosidad cinemática () es el cociente del coeficiente de viscosidad absoluta (µ) por la masa específica
Las unidades dan
El coeficiente cinemático de viscosidad varía con la temperatura. La fórmula de Poiseuille para el agua es:
André Ribaux nos indica que la experiencia de Poiseuille muestra que el movimiento laminar del líquido provoca pérdidas de energía proporcionales a su velocidad, mientras que, asimismo la experiencia muestra que en régimen turbulento las pérdidas de energía son proporcionales al cuadrado de la velocidad.
En conclusión, para un conducto y un fluido dados, todo depende de las características del conducto y de la velocidad del fluido dentro del conducto. En concreto, que se tenga régimen tranquilo (se llama laminar) o un régimen turbulento. En este caso, régimen turbulento, el fluido (el agua en nuestro caso), produce deterioros muy fuertes en las paredes, (en toda la periferia) del conducto. Y esto lo sabían los romanos: El agua entraba en el túnel excabado (perforado) y salía arrastrando material acuífero en abundancia. No hay que hablar de presiones ni otras hipótesis. Nº de Reynolds alto. Nada de presiones especiales.