Todos tenemos experiencia, hemos visto; yo, hasta en la pista asfaltada que sube al mirador de Orellán, los desperfectos que hace una corriente de agua que discurre por una superficie cualquiera. No tiene pues nada de extraño que también hiciesen desprender de esos picachos (tan hermosos) que han quedado, el mismo conglomerado que salía llevado por la corriente turbulenta.
Suponemos que el agua que llegaba por la acequia 950 podría llegar –a esa altura– (por favor, no más) que llegaba: al nivel de 950. Notemos que los picachos que han quedado se asientan sobre la cota 750 (el pueblo de Las Médulas); por lo tanto, les quedaban 200 m de altura en la que podrían ser aprovechables sus aguas, bien directamente de la acequia, bien de los depósitos. Pero los romanos todavía no tenían bombas hidráulicas de elevación, aunque estuvieron bien cerca de tenerlas.
En el Museo Arqueológico Nacional se expone como bomba aspirante-impelente (de Ctesibio) una máquina del siglo II d.C. que apareció en la mina de Sotiel-Colorado en Huelva. Lástima, porque su esquema es el mismo: el mismo sistema de válvulas que una bomba aspirante-impelente, pero otros elementos la dejan quedar en una máquina soplante. ¿Sabían que los romanos calentaban las rocas para luego, echando agua sobre ellas, cuartearlas? Esa máquina era el fuelle para avivar el fuego. Pero no nos han hecho caso y sigue como bomba.
Por cierto, también en Las Médulas empleaban para lo mismo fuego y vinagre (o quisieron emplearlo), pero “el humo ahoga a los mineros”.
Mapa donde se señalan las cordilleras imposibles de traspasar con acequias para Las Médulas. Se sitúan las acequias al sur de los Montes Aquilanos y al oeste las que recogen estas aguas para Las Médulas.
Por fin, la acequia de la curva de nivel 800 sí que podría servir (agua limpia) para el lavado de los materiales que envolvían el oro. Es el agua que llevarían a las Agogas –depósitos de criba y lavado– usando como cedazo las ramas de la urz. Plinio dice claramente “ulex”, y ulex es urz, rama del brezo muy abundante en la zona y muy usada para prender el fuego o arrojar el horno los panaderos, hasta hace bien poco.
Echo en falta la ausencia total de documentación sobre el modelo que las acequias tenían de recibir el agua que los arroyos diversos le cedían y ellas conducían. Esta toma, ¿cómo se llevaba a cabo?
Sobre el Duerna hay en la zona obras hidráulicas que estaban en servicio todavía el siglo pasado. La más importante era (¿es?) un trasvase del río Duerna al río Peces. Dicho trasvase se llama “La Rauda”. Al río Peces también se le llama río Randa o de los Peces. Este se queda sin agua pronto y siempre lleva poca. Por ello toma del Duerna para ir repartiéndola en todo su trazado que termina en el propio Peces pasado el pueblo de Fresno de la Valduerna, en la cota 820. La toma del Duerna se hace a sólo 1 km aguas abajo del puente sobre él de la carretera de Astorga a Puebla de Sanabria sobre la cota 855. Con un desnivel total de 35 m en 6 km. En este trasvase había varios molinos aún en pie. Para tomar el agua del Duerna hacían los paisanos de los distintos pueblos que se aprovechaban de La Rauda una represa a base del canto rodado del fondo del río. Esta presa se rehacía todos los años en la primavera avanzada. Precisamente cuando los pollitos, que habían salido de los huevos empollados por las gallinas guaronas, eran ya aptos para servir de merienda. Esta faena entera se llamaba “la rauda”.
O sea que el Peces, en su último tramo, recibía también el agua que había sobrado de la tomada por los pueblos aguas arriba. El primero era Robledo, después de Robledino, Fresno, Castrotierra y el último Palacios (todos de la Valduerna).
En el Peces, a la altura de Palacios de la Valduerna, desviado a la acequia de los molinos había hasta siete molinos con un salto de unos 2,5 m cada molino. Todavía Palacios, para el riego de la altiplanicie que terminaba en él, poseía otro reguero-acequia que, de la cota 810 (por debajo de Castrotierra), llegaba a Palacios por la 800 con un recorrido de 3 km, aproximadamente J = 0,3%.
Pero la más interesante presa de desviación en el río está en el Duerna, en Chana de Somoza: alimentaba un molino harinero que, con un rodezno clásico más una turbina de cámara abierta, movía una serrería.
El molino –el rodezno– recibía el agua a través de un tubo –no un canal– con cierre en la salida del tubo. La presa estaba hecha, como creo haber leído, al igual que hizo ¿en el Rin? Julio César: Se hincan en el cauce unas estacas y de una a otra se entrelazan con ramas ¿de chopo?
Después de bastantes años de servicio se mantenía aún activa, sin duda con reparaciones convenientes…