El nuevo replanteamiento del rol de la Administración electrónica consiste en la introducción del empowerment ciudadano como una de las tres prioridades en el desarrollo de políticas y planes de acción dentro de la Unión Europea. La coincidencia del trasfondo tecnológico y conceptual de la web 2.0, con la tendencia hacia una Administración abierta, cercana, flexible, receptiva e incentivadora de la innovación, nos lleva a hablar de la “Administración 2.0”.
Una interpretación simplista implica considerar la “Administración 2.0” como una evolución de la Administración electrónica con el usuario (ciudadano o empleado público) como elemento central del sistema. Con el objeto de escuchar a los ciudadanos/empleados públicos, dotarles de cauces de participación, aprovechar la inteligencia colectiva, promover la colaboración y corresponsabilidad o mostrar los resultados de la gestión, existen numerosos ejemplos de utilización de herramientas web 2.0 (Tabla 2).
Sin embargo, la “Administración 2.0” tiene una concepción más compleja si atendemos a su naturaleza como una cuestión de valores que transciende de la simple aplicación de ciertas herramientas. No se trataría sólo de escuchar y de llegar al ciudadano, sino también de lograr su participación en la definición y prestación de servicios contemplando además las relaciones p2p que aporten valor público sin necesidad siquiera de que la Administración intermedie. Algunos ejemplos serían: