El Open Government tiene un importante componente rupturista y transformador, empezando por el cambio de rol del ciudadano y lo que todo ello supone. Por tanto, es necesario tener en cuenta la lógica y la cultura político-administrativa, siendo erróneo pensar que es la solución a todas las disfunciones en la actividad pública ya que hay ámbitos donde no tiene sentido ni cuestionarse su aplicación.
Por tanto estamos hablando de un concepto de gran profundidad que demanda el desarrollo de una política pública concreta, de naturaleza transversal, más allá de la simple apertura de cuentas de Twitter o Facebook. Se trata de un cambio radical en la forma en que el gobierno se relacionada con los ciudadanos.
El modelo referencia en estos momentos es la Administración Obama en EE UU, que ya en su primer día de funcionamiento publicó en su página web la “Declaración sobre Gobierno Abierto” detallando unos principios de actuación (información, transparencia y participación) que han ido plasmándose en iniciativas concretas en estos primeros meses de gobierno: el portal Recovery.gov donde los ciudadanos pueden averiguar cómo se está gastando el dinero del gigantesco plan de estímulo de la económica estadounidense; las alocuciones de todos los sábados a través del canal YouTube; o la primera herramienta que se puso en marcha, Regulations.gov, que al estilo de una wikipedia legislativa recoge todas las leyes que están siendo tramitadas y habilita a los ciudadanos a opinar sobre ellas y a proponer textos alternativos. En España hay un creciente número de gobiernos que está utilizando canales “dospuntoceristas”, sin que ello signifique (a diferencia de los EE UU) una vocación real a favor del “gobierno abierto”. Un ejemplo que tenemos es el canal Twitter abierto por el Gabinete de Prensa de La Moncloa a imagen y semejanza de su homólogo británico del 10 de Downing Street: da cuenta de la actividad de Presidencia del Gobierno a través de pequeños mensajes de 160 caracteres habiendo llegado en pocos meses a 3.600 seguidores.También estas herramientas pueden servir para que los responsables públicos informen a los ciudadanos sobre el resultado de su gestión y recaben comentarios y opiniones de primera mano de los mismos. Un ejemplo notable es el blog de José Antonio Rodríguez Salas, alcalde de Jun (un pequeño municipio de la vega granadina), que nos muestra casi diariamente con un formato variado (incluye fotos, vídeos, etc.) la actividad que desempeña en el pueblo, a la par que los ciudadanos del mismo pueden opinar y comentar.
La web 2.0 en la Administración pública
Nos encontramos en un momento interesante desde el punto de vista de aplicación de tecnologías al funcionamiento interno de las Administraciones públicas y su relación con los ciudadanos. En los años noventa del siglo pasado se empiezan a realizar las primeras inversiones significativas en Tecnologías de la Información con el objetivo prioritario de la eficiencia; una muestra es la revolución emprendida por la Agencia Tributaria.
La Administración electrónica es actualmente el núcleo fundamental de la modernización administrativa. Consiste en la digitalización de servicios públicos, incluyendo la relación virtual con los ciudadanos y la automatización de los trámites administrativos desarrollados en cada procedimiento: ventanillas, registros, firmas, expedientes, archivos, compulsas, etc. adquieren un nuevo apellido “electrónico” con el objeto de introducir criterios de efectividad y calidad en el funcionamiento administrativo. La Ley de Acceso Electrónico de los Ciudadanos a los Servicios Públicos (Ley 11/2007) ofrece el marco legal al desarrollo e implantación de este modelo.