Qué planta era ésta? Por Internet se nos indica como tojo o retama. Pero hay otra muy abundante en aquellos montes y creo mucho más a propósito para hacer de cedazo: la urz. Y resulta que en el DRAE podemos ver que “urz” (urces en plural) es ulex, una planta conocida por ese nombre en León y Zamora. La urz es la rama del brezo. Vendida en “Feges” (haces) se usaba para iniciar la lumbre y los panaderos para arrojar el horno. El brezo (la raíz) hecho carbón se usaba en la fragua para poner al rojo las rejas de los arados (romanos). Las mujeres romanas se juntaban al atardecer en la fuente y los hombres en la fragua. Ese carbón no servía para el brasero pero sí para hornillos de cocina.
La pendiente que tenían esas acequias, ya hemos visto por los datos tomados del mapa Carucedo era del 0,1%. El caudal entre las dos se acercaría al metro cúbico por segundo como máximo.
Hemos llegado al último tema. Sin ser para despreciar el haber llegado a puntualizar la superficie vertiente concreta y los valores de los caudales que llegaban a las Médulas, queda saber qué se hacía con esa agua que llegaba y se acumulaba en depósitos cuyas dimensiones también conocemos por Plinio: “doscientos pies de ancho hacia todas partes por diez de hondo”. Esto, con un valor para el pie de 27,5 cm, nos dan 8.167 m3.
Nos estamos refiriendo ahora únicamente al agua que llegaba por la 950 y que se recogía en los depósitos ¿cuántos? Pueden ser más de uno y aseguraría que era así. ¿Y qué se hacía con el agua de estos depósitos? Tenemos claro que eran vaciados (permítaseme decir) “a lo bestia”.
Plinio: “… y estando lleno el estanque, quitadas las compuertas” “… sale con tan gran ímpetu la corriente que trabuca y se lleva las piedras”.
Pero ¿a dónde se dirige el agua?. Plinio nos ha hablado de algo así como de perforación de túneles:
“… si los rompen con fuego y vinagre el humo ahoga a los mineros. En vista de ello hay que partirlos con mazos de hierro…” “… los sacan en hombros de día y de noche entregándolos unos a otros de mano en mano por aquellas tinieblas ¡solo los últimos ven la luz del día…”. O sea, se nos explica cómo perforaban el túnel. La referencia al fuego nos recuerda que para deshacer las rocas –hendirlas– prendían hogueras que las calentaban para una vez calientes echarles agua con lo que se cuarteaban. En la mina de Sotiel Colorado (Huelva) apareció una bomba aspirante impelente del siglo II; de Ctesibio. Esa bomba era en realidad una máquina soplante. Se puede ver en el Museo Arqueológico Nacional sin cambio de nominación.
Siguiendo con Plinio:
“… hechas cuevas por largos especios, cavan los montes con luces de candiles y ellas mismas son la medida de trabajo y vigilia, y en muchos casos no se ve el día. A esa manera de sacar el oro se le llama “arrugias y súbitamente se suelen hundir los quiebros que se hienden en un implante y cubren súbitamente los trabajadores, dejándoles allí sepultados…”.
Y sigue:
“Las cabezas de los arcos se abren e hienden en señal de ruina. Y sólo le conoce aquel que es vigilante en la altura del monte. Éste con la voz y golpes, manda a los obreros que de presto se aparten…” “…quebrantando el monte cae por sí mismo con tan grande estruendo y viento que no puede ser concebido por la mente humana…”.