Con la sentencia de predispuestos a marearse se quiere hacer referencia a aquellas personas que están continuamente pensando que se van a marear, adoptando una actitud pasiva, hablando continuamente del fastidio, estando pendiente de él. Este tipo de personas, predispuestas a marearse, suele vigilar las sensaciones que van teniendo para ver si se están mareando o no. No hay que adoptar una actitud pasiva. Una vez embarcado hay que hacer lo posible para estar continuamente activo y sin parar de hacer cosas. El entretenimiento y actividad continua evitan en gran medida el malestar.
Hay que reposar bien antes de salir de viaje, ya que si el cuerpo está en buenas condiciones es más capaz de adaptarse al movimiento. Se debe intentar dormir bien la noche anterior al viaje para que el cuerpo no se encuentre cansado.
La posición, y en cierto modo la actividad, del individuo es un parámetro fundamental del mareo. Tomando como base la posición de pie, y teniendo en cuenta la encuesta, si la persona permanece tumbada, en posición prono, se mareará menos y, según los marineros, más si está agachada con la cabeza hacia abajo.
El porcentaje de los encuestados que se marearon en función de su posición durante la navegación fue del noventa y seis por ciento para los que estaban de pie y solo el cuatro por ciento para los que estaban tumbados. Parece que lo mejor es la posición en decúbito supino o semirrecostado con la cabeza bien apoyada. Se debería evitar la lectura. Mantener la visión, con un ángulo de cuarenta y cinco grados por encima del horizonte, reduce la susceptibilidad. Según comentan los encuestados, les es útil evitar mirar la mar u otros objetos en movimiento. Cuando se viaja, si uno se siente mareado, se puede separar la vista del exterior y mirar algún punto concreto del interior del buque. Esta técnica permite que la mente y la vista se coordinen evitando el vahído.
Es importante un camarote bien ventilado, así como salir a la cubierta para respirar aire fresco. Si es en crucero se debe intentar evitar moverse por el buque. Las personas encuestadas que se movían frecuentemente durante un viaje, y no era por cuestión de trabajo, empeoraban su situación. Es mejor quedarse sentados y tranquilos.
Entre los encuestados destaca el hecho de que lo que más les perjudicaba eran los movimientos bruscos. A veces, cuando se realizan movimientos muy bruscos, levantándonos o inclinándonos, sentimos un pequeño vahído. Es mejor acostumbrarse a realizar movimientos más tranquilos para evitarlos.
Luego se puede llegar a la conclusión de que es mejor concentrarse en un punto determinado del interior de la embarcación, y a ser posible que no haya nadie delante sufriendo los efectos de lo que se trata de evitar.
El porcentaje de afectados que aluden a las condiciones ambientales, tales como la temperatura, el olor o el campo de visión, fue del cuarenta y seis por ciento. Las deficientes condiciones del ambiente, temperatura, olor y campo de visión, afectan a la cantidad de damnificados que se producen en un buque.
Durante este artículo se expone que la causa del mareo se debe en primer lugar a la estimulación excesiva del aparato vestibular por el movimiento. Pero como la susceptibilidad individual es muy variable, los estímulos visuales y la mala ventilación, humos, monóxido de carbono, vapor; pueden desencadenarlo.