Estudio del fenómeno del mareo, desde los factores psicológicos hasta el emplazamiento en el buque

Figura 2.

Figura 3.

De catorce mujeres, con bebes a bordo, encuestadas, solo tres se marearon. Los factores emocionales, tales como el miedo, ansiedad, actúan junto con el movimiento para causar un mareo, y una madre al cuidado de su hijo pequeño carece de esos agentes proclives a que le afecten a ella. Se podría decir que puede más el sentido de protección de su hijo que el sentido de protección propio. La mayor parte de las madres encuestadas que tenían a su cargo a un niño, no llegaron a notar los síntomas del mareo, posiblemente debido a que la maternidad estimula el riego sanguíneo y reactiva la circulación, despeja la mente y mientras se encuentra al cargo de su hijo, la vista y el oído dejarán de enviarle las sensaciones de mareo.

Puede que exista una reciprocidad en la, como dispares investigadores de la conducta infantil entienden, relación madre-infante, describiendo que esta relación ofrece el andamiaje funcional para las relaciones subsecuentes que el niño desarrollará en su vida. Los científicos consideran que el factor más importante en la creación del apego, es el contacto físico positivo ya que estas actividades causan respuestas neuroquímicas específicas en el cerebro que llevan a la organización normal de los sistemas cerebrales responsables del apego. En la “Figura 2” se muestran datos correspondientes al muestreo.

El vínculo especial que se forma entre madre-infante o cuidador primario-infante tiene varios elementos claves:

  • Es una relación emocional perdurable con una persona en específico.
  • Dicha relación produce seguridad, sosiego, consuelo, agrado y placer.
  • La pérdida o la amenaza de pérdida de la persona, evoca una intensa ansiedad.

El efecto de habituación o aclimatación es muy importante, y hace que la incidencia sea distinta para la tripulación que para los pasajeros o que en una travesía larga, poco habitual en la actualidad, los pasajeros lleguen a acostumbrarse a los movimientos del buque. Tal como explica Ricard Rodríguez-Martos [14], para la selección de las tripulaciones es muy importante la capacidad de no marearse de los éstos. De esta manera, D. Arnautovic [2] en su Psychological Selection of Applicants for Nautical Schools cita que el soviético B. Burov basaba la selección de la tripulación en las capacidades de adaptación a las condiciones del barco, mientras que I. Iljin daba más importancia a la resistencia a factores físicos como el mareo.

Es probable que el mareo afecte en mayor medida al pasaje embarcado en buques de placer que a tripulantes, que están acostumbrados a los movimientos de las embarcaciones. Los pasajeros que están a bordo por necesidad de transporte se encuentran afectados por esta molestia en menor medida que los embarcados en cruceros, pero más afectados que los tripulantes, debido a que sí bien no están preparados para la vida a bordo, si suelen ser personas acostumbradas a navegar, y además los trayectos en buques de pasaje suelen ser de poca duración y es posible que ni siquiera lleguen a incomodarse porque ya han concluido el viaje. Los datos obtenidos en las encuestas realizadas se pueden observar en la comprensible (Figura 3).

Las investigaciones sobre el mareo se suelen reducir a los cruceros, ya que en éstos son en donde ocurre mayor proporción de fastidio, además de ser los más cuantiosos en pérdida de ganancia que supone un pasajero que no puede salir del camarote y que se ve imposibilitado para ejercitar el gasto al que la Compañía le induce.

 
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