Estudio del fenómeno del mareo, desde los factores psicológicos hasta el emplazamiento en el buque

Para proyectar unas formas adecuadas que disminuyan en lo posible el problema de este estudio, se necesita conocer la fuente de excitación, en este caso el oleaje, la respuesta del buque a dicha excitación y los efectos de dichos movimientos sobre el bienestar de las personas [9].

Estudio de los factores que afligen a los pasajeros

Las maravillas que ofrece un viaje por mar se anulan y aun se convierten en maldiciones para una serie de seres humanos aquejados de una propensión intrínseca: la del mareo.

Los datos que han servido para la realización de este artículo se han recogido en el ferry que cubre el trayecto entre la isla de Pangkor y Lumut (Malasia), en el trasbordador que une la isla de Niteroi con Río de Janeiro (Brasil), un crucero noruego, en un mercante británico y un ferry del Mediterráneo español; durante los años 2007 y 2010.

El Sea Sickness tiene etapas muy claras para el avezado a moverse en un barco. La primera se traduce en el rostro del afectado, una seriedad que se convierte en dramática, a medida que las olas balancean el casco del barco. En esta etapa se queda afortunadamente la mayoría de los mareados, reposo completo, comen unas frutas y capean el temporal en posición horizontal. Cuando éste ha cedido y su estómago se ha habituado al movimiento se dirigen a cubierta con un paso inseguro.

Algo muy frecuente en la encuesta realizada, ha sido el hecho de que los encuestados varones, consideraban que el mareo es una prueba de debilidad inaceptable en el hombre, y debe ser por este motivo, por el cual, la mayoría de ellos minimizaron los efectos que sufrieron embarcados, llegando a vanagloriarse de su dominio. El setenta y cuatro por ciento de los encuestados eran varones, mientras que el veintiséis por ciento eran mujeres.

Parece que las mujeres se marean más que los hombres, pero los que más sufren la cinetosis, según la muestra, son los niños, ya que, desde su limitada perspectiva, observan que lo que les rodea se mueve violentamente. Los ancianos suelen experimentar este tipo de molestias.

Es posible que las mujeres se mareen más que los hombres durante los viajes, pero no existe ninguna investigación importante que lo demuestre. Es cierto que durante determinados períodos hormonales como la menstruación o el embarazo bajen las capacidades sensoriales de las mujeres, haciendo que se mareen con mayor facilidad, aunque no se cree que, en general, sean más propensas a esta contrariedad.

De cincuenta y cinco mujeres encuestadas, treinta y cuatro se marearon. Hay expertos que piensan que el mareo es ocasionado por un conflicto entre la información somatosensorial entrante al cerebro destinada al equilibrio. Debido a que esta entidad ocurre ampliamente en mujeres, podría tener alguna relación con las hormonas sexuales, como los estrógenos y la progesterona. Podría haber un vínculo genético, relacionado con las dos copias del cromosoma X, combinado quizás con otro factor de susceptibilidad. Parece poco probable que sea un trastorno psicológico que afecte más a mujeres que a hombres, aunque siempre es difícil de excluirlo; la relación mujer-hombre y otros aspectos clínicos, hacen poco creíble que esta entidad sea sólo de origen psicológico.

 
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