A través de esta entrevista os presentamos a nuestra compañera Catalina Parra Baño (promoción 1993), que después de varios años de experiencia como consultora se ha dedicado de pleno al emprendimiento social, primero a través de la Fundación Hazloposible, creada junto con su marido, José Martín Gutiérrez de Cabiedes (promoción 1993), y ahora a través de su nuevo proyecto Philanthropic Intelligence.
¿Cuál fue tu principal motivación para estudiar Ingeniería? ¿Por qué en ICAI?
En mi casa había andado con tornillos y enchufes desde pequeña. Mi padre era Ingeniero del ICAI y mi hermano mayor también, y ambos habían dado clase en la escuela. Parecía natural que ese fuera mi destino. A pesar de que me debatía entre la Ingeniería y la Psicología, y de que mi madre quería orientarme hacia una carrera "más femenina", acabé haciendo Ingeniería Industrial. La escuela era indudable: de los cinco hermanos dos somos ICAI y dos ICADE.
¿Puedes destacar algunos de los aspectos de tu formación en ICAI que te hayan resultado especialmente útiles en tu trayectoria profesional?
Creo que el mejor aprendizaje que me llevé de la Escuela no tiene nada que ver con las matemáticas, la electricidad o la logística. Lo mejor que me he llevado es la capacidad de trabajo, de lucha por los objetivos que me propongo. Superar cada curso, al menos los primeros, era un reto, un pequeño sacrificio personal con una gran recompensa. Eso forja carácter, espíritu de lucha y de superación, que te sirve para afrontar la carrera profesional y la vida diaria que te depara grandes sorpresas, no siempre agradables.
¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional antes de crear tu propia empresa?
Salí de la carrera en pleno apogeo de la crisis anterior, la del 93. Quería trabajar en una fábrica de automóviles, ya había hecho prácticas en Citroën, pero era mal momento para la venta de coches y por tanto para contratar, y menos a una mujer, a las que muy pocas compañías industriales querían en sus fábricas. Así que opté por aprender de finanzas en una gran auditora (hoy Deloitte), hacer un MBA (IESE en Barcelona y Chicago) y entrar en una consultora de estrategía Mercer Management Consulting (hoy Oliver Wyman). Allí hice una rápida carrera y me hicieron socio con poco menos de 30 años, experta en telecomunicaciones.
Entonces fue cuando, por temas personales, mi vida cambió y di un salto al sector no lucrativo en el que, además de crear distintas organizaciones, he dirigido otras como la Fundación Tomillo.
¿Cómo surgió la idea de crear tu propia empresa?
Empecé a emprender junto con mi marido, José Martín Cabiedes, que es también Ingeniero del ICAI. Creamos juntos la Fundación Hazloposible en 1999 (antes llamada Fundación Chandra). Su misión es trabajar para impulsar de manera innovadora la interacción y la participación de la sociedad en causas solidarias utilizando las nuevas tecnologías.
Cuando la creamos nadie hablaba de proyectos solidarios o temas similares en los medios de comunicación. Él trabajaba en banca, invirtiendo en proyectos de Internet, y yo desde consultoría pasaba el día haciendo planes de negocios para empresas de Internet (era la época del primer boom de Internet), así que pensamos, ¿por qué no aprovechar todo el valor que se genera en la red para ofrecérselo a quien más lo necesita? Así empezamos con www.canalsolidario.org, seguimos con www.hacesfalta.org, www.solucionesong.org y otros portales que ponen en contacto al ciudadano con las ONGs y las empresas, haciendo posible más y mejor solidaridad. A día de hoy ya hemos cruzado más de 4,6 millones de contactos entre voluntarios y ONGs para colaboraciones efectivas, atendemos casi a 7.000 ONGs, y tenemos más de 700.000 suscriptores. En la fundación trabajan 18 personas pero contamos con más de 700 voluntarios, que nos apoyan de modo "virtual" a través de las redes. Recientemente, y entre otros, nos acaban de dar el Premio Fundetec 2011.
Además de esto y con posterioridad, cada uno hemos montado nuestra propia empresa. En el caso de José un Venture Capital de Internet, y en el mío una consultora internacional en filantropía, Philanthropic Intelligence (www.philintell.com): desde ella asesoramos a individuos y familias en sus donaciones e inversiones de impacto.
El último proyecto en el que estoy participando, con otros socios del mundo del emprendimiento social, es UEIA, una aceleradora incubadora especializada en emprendimiento social basado en tecnología, que verá la luz en las próximas semanas.
¿Cuáles han sido las principales dificultades con las que te has encontrado desde que decidiste embarcarte en tu proyecto?
En el mundo social han cambiado mucho las cosas en los últimos años, pero al comienzo el uso de la tecnología era extraño entre las ONGs. Afortunadamente esto, y otros aspectos de su profesionalización, han dado un giro espectacular y hacen que el sector gane en credibilidad.
¿Crees que las administraciones públicas apoyan como deberían a los emprendedores, fomentando la creación de empresas?
En cuanto a las trabas para ser emprendedor creo que la mayor dificultad está en la burocracia y en cargar a los emprendedores con unas obligaciones fiscales, legales y de seguridad social, incluso antes de que empiecen a generar ingresos. El modelo español de legislación en este aspecto está desfasado. Otros países como EE.UU. te hacen la vida más fácil y promueven más a sus emprendedores.
¿Te ha resultado útil tu formación como Ingeniero en el proceso de creación y gestión de tu empresa?
Sí en dos aspectos. Uno es en la preparación técnica que me ha permitido acceder al mundo de las telecomunicaciones e Internet desde el principio, sin miedo y sacándole rendimiento. El segundo es en la manera de pensar, estructurada, planificada y lógica, que hace prever riesgos, diseñar planes adecuados y solventar problemas.
Sin embargo, hay una cualidad que no es tan habitual entre los ingenieros y que yo, aún hoy, echo de menos: la creatividad, tan importante para emprender.
¿Cuáles son los principales objetivos que te has marcado para el futuro de la Fundación Hazloposible y para Philanthropic Intelligence?
El futuro de Hazloposible es seguir creciendo por tres vías: más usuarios y beneficiarios de nuestros portales actuales, más proyectos fruto de nuestro departamento de innovación, y la internacionalización en Europa y Latinoamérica.
El de Philnathropic Intelligence, dado que ya nos hemos lanzado con éxito en el mercado español, es consolidarse en el mercado internacional.
¿Crees que los Ingenieros del ICAI son emprendedores?
Creo que tienen muchas capacidades para serlo y creo que éste es un buen momento. Hay que ser un poco visionario, pero lo que empiece ahora crecerá a medida que salgamos de la crisis.
¿Qué puedes aconsejar a los ingenieros jóvenes y recién titulados que estén planteándose crear su propia empresa?
Que ganen experiencia antes de emprender o se rodeen de buenos asesores para sus emprendimientos, y que es una aventura maravillosa.