Óscar Cortés Abad. Ingeniero del ICAI, Promoción 1995. Vicepresidente del Club Dirección Pública ESADE Alumni y editor del blog I-public@.
El prodigioso desarrollo de la tecnología es uno de los factores más rupturistas y transgresores a los que se enfrentan las organizaciones en las próximas décadas. Las nuevas tecnologías de la información y comunicaciones resultan un factor clave en la mejora de la competitividad, ofreciendo la oportunidad de una gran transformación y acercamiento en el funcionamiento de las mismas.
Viene marcado por la crisis económica y financiera, la creciente globalización de los mercados, la gran significación de los flujos migratorios, las transacciones de capital y bursátiles, la convergencia europea o la moderación del gasto público derivada de la crisis fiscal. Este último aspecto es especialmente significativo en estos momentos: la elevada y creciente demanda en número, tipología y calidad de servicios públicos supone una extrema exigencia para las cuentas públicas, teniendo en cuenta las dificultades para incrementar la recaudación impositiva y las necesidades en políticas sociales y redistributivas como resultado de la crisis.
Caracterizado por una complejidad derivada del número de actores, su tipología, las relaciones entre ellos, los diferentes niveles competenciales (poder relativo) y la velocidad en el cambio de los mismos. El proceso de descentralización se ve complementado en paralelo por la interdependencia, apareciendo estructuras e instituciones con ámbito de actuación supranacional. Irrumpen en el escenario conflictos de intereses, rivalidades y reivindicaciones en materia de competencias y financiación.
De todos los elementos anteriores es el vector tecnológico y una de sus figuras centrales, la web 2.0 o web social, los que van a ser objeto de un análisis detallado en este documento en su papel renovador de la relación ciudadanos, políticos y Administración.
El concepto web 2.0 nace en EE UU hace cuatro años de la mano de Tim O’Reilly. Es un importante driver transformador e impulsor de innovación, caracterizado por un crecimiento exponencial y vertiginoso de los servicios y aplicaciones que lleva asociados.
La web social se ha convertido en un fenómeno en los últimos años. Según el último informe de la Fundación Orange, el 73% de usuarios de Internet son también usuarios de las “redes sociales”, con crecimientos respecto al año anterior del 1.000%. España es el segundo país de Europa en utilización de estas redes, sólo por detrás del Reino Unido. El número de aplicaciones ha crecido de forma exponencial: servicios para publicar, distribuir y compartir contenidos (blogs, Flickr, Youtube), creación de conocimiento compartido (Wikipedia), repositorios comunes de información (de.li.cious) o redes que permiten la conectividad social (Facebook o tuenti).
Su utilización es diversa: de momento se centra en una actividad más pasiva de lectura de blogs, visionado de vídeos en YouTube o visitas a “redes sociales”; también, pero menos, se aportan comentarios u opiniones a contenidos ya creados y una franja minoritaria se animan a crear contenidos propios en blogs, artículos Wikipedia, vídeos YouTube, etc. Las tendencias indican una mayor utilización de “redes sociales” y espacios de micro-blogging como Twitter en los que los usuarios interactúan y se relacionan en micro-comunidades de forma ágil y dinámica a través de mensajes breves de 160 caracteres.