Las Médulas

Mapas topográficos de la zona.

Hemos citado ya León: todo lo que se refiere a las Médulas está en la Cabrera leonesa, al sur de la provincia de León en el límite de ésta con las de Zamora y Orense. Una región con una orografía que nos depara multitud de alturas superiores a los 1.000 m y bastantes cumbres que superan los 2.000 m. El pico más alto es el Teleno, con 2.186 m. A su sombra, al norte, queda la Maragatería, que no en vano hay bastantes toponímicos con el sobrenombre de Somoza (somonte, a la sombra del monte). Desde las alturas de su sierra se divisa la ciudad de Astorga.

Así que aquí tenemos la sierra del Teleno, los montes Aquilanos y en ese conjunto están las cuatro vertientes con sus ríos: Duerna al norte, que hace la Valduerna, Eria al sur, la Valdería y el Cabrera al oeste que no llega a tener valle nominado. Sus aguas (bastante menos de las que le llegan a él) iban a la Médulas. Por fin otro valle, Valdueza al oeste del Duerna con multitud de ríos (el principal, el Oza) y arroyos que discurren por el valle del Silencio desde Penalba de Santiago. Van todos al Sil.

No estará aquí mal anotar que la Cabrera, si fue esquilmada en su oro por los romanos, le dejaron todavía una riqueza que podría compararse en valor con el oro: la pizarra cuyo beneficio queda en la comarca aunque el material salga fuera, como salió el oro.

La superficie total de la Cabrera es de unos 900 km2 que se dividen entre las cuatro cuencas: la del Duerna, al norte, con una superficie de 387 km2 y una aportación de 193 Hm3. La del Eria, al sur, con una superficie de 280 km2 y una aportación media anual (de 26 años) de 164 Hm3. El Cabrera tiene una cuenca (medida sobre mapa topográfico) de 284 km2 y si tomamos la media de precipitación anual del Duerna y Eria nos salen 331 Hm3, que con la escorrentía media de la zona la aportación total anual sería de 142 Hm3.

Pero, estudiados los mapas topográficos correspondientes, vemos primero que es totalmente imposible el paso de aportaciones de una a otra cuenca; segundo, que una superficie no mayor de 30 km2 de la propia cuenca del Cabrera es suficiente para llevar el agua “necesaria” a las Médulas.

Anotamos que el propio río Cabo, el mayor afluente del Cabrera, cede sus aguas a éste en una cota por debajo de la que tienen las Médulas: la 800 (Las Médulas están por encima de la 950). Según nuestros cálculos no más de 20 Hm3 al año llegaban a las Médulas con un caudal medio de 0,6 m3/seg. Un máximo de 1,2 m3/seg y un mínimo de 0,48 m3/seg.

El agua llegaba a las Médulas a través de acequias. En sólo dos mapas topográficos nacionales aparecen trazos de esas “acequias romanas abandonadas”. En ninguno más. Y si aparecen acequias, que aparecen, no son “romanas abandonadas”.

Esos dos mapas a que hacemos referencia son los 191-I y 192-II. En el primero, que es el de “Carucedo” están perfectamente señalizadas dos acequias: una discurre sinuseando con la curva de nivel 950 y la otra por la 800. La primera se acerca al Pico de Plecias: allí parece estaban los depósitos de llegada. La otra, a la parte más inferior de las Médulas por la 750. ¿Lugar del lavado?

Adelanto mi incomprensión; puesto que llega, sobre todo la primera, sin haberse elevado a cotas que debía de salvar para su función. Un detalle muy importante que queda sin aclarar. Tenemos la suerte de que nos han facilitado datos interesantísimos, suficientemente precisos para el estudio del agua que podían llevar estas acequias o canales. En 5 km tienen un desnivel de 5 m: 5:5000=0,001 o sea 0, 1% de pendiente y J = 0,001.

 
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