e. Idénticamente también constató que la masa de un cuerpo es función de su velocidad de tal manera que, si su velocidad tendiera a la velocidad de la luz, su masa tendería a valer infinito.
f. Dedujo también como recopilación de las premisas anteriores la más importante de las ecuaciones formuladas a lo largo de todo el siglo XX (la famosa ecuación de Einstein E = m.c2).
A partir del Principio de Equivalencia (no es posible distinguir si un cuerpo se mueve con aceleración constante o si está sometido a los efectos de la gravedad o de otra fuerza exterior) Einstein profundizó en su Teoría de la Relatividad General poniendo de manifiesto que:
g. Un individuo en el interior de un ascensor que descendiera con una aceleración exactamente igual a g, si está el individuo completamente aislado del exterior, será incapaz de distinguir si el ascensor se mueve con dicha aceleración o si está en reposo y ha desaparecido, por arte de magia, la acción de la gravedad (lo único que detecta es que ha desaparecido totalmente la fuerza igual a su peso con que sus pies se apoyaban sobre el suelo del ascensor).
Igualmente, si subiera el ascensor con una aceleración de valor g, no será capaz de distinguir si el ascensor sube con dicha aceleración o si está en reposo y el campo gravitatorio ha multiplicado por 2 su valor (simplemente nota que sus pies se apoyan, ahora, sobre el suelo del ascensor con una fuerza de valor 2 veces su propio peso). En tercer lugar, y por seguir insistiendo en el mismo ejemplo, si consiguiéramos mediante alguna acción exterior que nuestro ascensor bajara con una aceleración de valor 2g nuestro ascensorista se sentirá incapacitado para saber si el ascensor baja con dicha aceleración o si está en reposo y el campo gravitatorio, conservando su valor, ha cambiado de sentido (es ahora su cabeza la que se apoya sobre el techo del ascensor con una fuerza igual a su peso).
h. Supongamos, por un momento, que nuestro amigo del ascensor se instalara en el interior de un tubo cilíndrico de acero con los pies posando sobre su fondo y su espalda apoyada contra la pared lateral del cilindro y supongamos también que éste comenzara a girar alrededor de su eje. Nuestro amigo empezaría a notar una presión sobre su espalda y, si estuviera aislado del exterior, llegaría a dudar si estaba girando solidariamente con el tubo o si estaba en reposo y desde la pared interior del mismo se aplicaba sobre su espalda una fuerza de valor:
Siendo:
m la masa de nuestro compañero en el experimento.
la velocidad angular con que gira al unísono con el tubo.
r el radio interior del mismo.