Estudio del fenómeno del mareo, desde los factores psicológicos hasta el emplazamiento en el buque

Introducción

Antonio de Guevara [3] vivió a caballo de los siglos XV y XVI, y aunque se le puede citar como obispo o historiador, además de cronista oficial en la Corte de Carlos I, se le destaca para el mundo naval por algunos relatos de sus viajes con el Emperador, como a Inglaterra en 1522 o Túnez en 1535. En su ánimo de explicar la vida a bordo de las galeras, Fray Antonio dedicó al tema del mareo varios de sus párrafos más descriptivos “en entrando la fuerza del mar, hizo tanta violencia en nuestros estómagos y cabezas, que padres e hijos, viejos y mozos quedamos de color de difuntos, y comenzamos a dar el alma y juntamente lanzar por la boca todo lo que por ella había entrado aquel día y el precedente”. O este otro “en engolfándose la galera, se te desmaya el corazón, desvanece la cabeza, se arrevuelve el estómago, se te quita la vista, comiences a dar arcadas y a revesar lo que has comido”. Y con su enorme espíritu sanador recomendaba “para que uno no se maree ni reviese en la mar, ponga un papel de azafrán sobre el corazón y estése quedo sobre una tabla en el hervor de una tormenta”. Este artículo no se atreverá a discutir los remedios de Fray Antonio, sólo aportar un poco de luz al fenómeno y unirse solidariamente a su queja: “¡Es increíble que, en pleno Renacimiento, la ciencia no pueda remediar tan miserable estado!”.

En castellano no hay una distinción entre el mareo sufrido en tierra y el ocasionado en los barcos. Sin embargo, la cultura anglosajona si hace esta distinción. Para el mareo general se usa el término motion sickness y para el significado más específico del mareo en el mar, se emplea la expresión sea sickness. Pero lo más importante es saber porqué se produce la temida indisposición. La función del sentido del equilibrio es mantener el cuerpo bien posicionado y coordinar sus movimientos. El aparato vestibular u órgano del equilibrio se encuentra en el interior del laberinto óseo en el hueso temporal y posee una estructura tridimensional. Realmente la función de este sentido sólo se hace patente cuando falta. Dentro de las cavidades del hueso se encuentra el laberinto membranoso, formado por láminas epiteliales. Este laberinto está lleno de endolinfa y su exterior contiene perilinfa.

El laberinto consta de dos estructuras: los tres canales semicirculares y los dos órganos otolíticos, unas bolsas conocidas como utrículo y sáculo, que son las causantes del fenómeno que se estudia. El utrículo y el sáculo tienen una zona, la mácula, donde se encuentran las células ciliadas. Ambas máculas están cubiertas de un tejido viscoso, que contiene cristales de carbonato cálcico, los otolitos. En posición vertical, la mácula del utrículo se encuentra en un plano horizontal, y la del sáculo en un plano vertical. Los estereocilios de utrículo y sáculo se insertan en la membrana gelatinosa otolítica.


Estudio del fenómeno del mareo, desde los factores psicológicos hasta el emplazamiento en el buque [3]

 
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