En 2008, la Comisión elabora la comunicación “Eficiencia energética: alcanzar el objetivo del 20%” en el que se reafirma el objetivo a pesar de las dificultades prácticas detectadas y se proponen nuevas medidas.
El origen de la planificación energética en España, desde el punto de vista de la racionalización del uso de las diferentes fuentes de energía primaria, se produce en los años 70 coincidiendo con las crisis del petróleo.
En 1984 se crea el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), en estos momentos, el principal agente estatal en el ámbito del ahorro y eficiencia energética. En la década de los 90 se inició la integración de las estrategias y planes relativos al ahorro energético. El primer Plan de Ahorro y Eficiencia Energética Nacional comprende el periodo 1991-2000. Posteriormente se elaboró la Estrategia Española de Ahorro y Eficiencia Energética 2004-2012 (E4).
El vigente Plan de Acción 2008-2012 de dicha estrategia introduce, respecto de la E4, un esfuerzo adicional, fundamentalmente económico y normativo, de ahí que se le denomine (PAE4+) y se integra en el Plan de Acción de Eficiencia Energética de la UE.
La futura Ley de Economía Sostenible tiene previsto recoger aspectos adicionales de eficiencia energética. Asimismo, el Ministerio de Industria está trabajando en el Plan de Acción Nacional de Energías Renovables (PANER) 2011-2020.
El libro plantea la necesidad de ser muy cauto ante las mejoras de la eficiencia energética de usos finales o intermedios de la energía. En efecto, en el libro se indica que “lo relevante es su impacto en el consumo de energía primaria a través de la cadena global energética”. Se ilustra mediante el ejemplo de la Figura 1: la sustitución del tradicional motor de gasolina por otro de pila de combustible alimentada con hidrógeno comprimido.
La tecnología de pila de combustible es más eficiente que el motor de combustión interna. Un vehículo propulsado por pila de combustible consume aproximadamente 90 MJ de energía por cada 100 km, frente a los 220 MJ/100 km de un motor de gasolina convencional.
A primera vista puede parecer que la pila de combustible es más eficiente. No obstante, examinando la cadena global energética, incluyendo el proceso por el que el combustible llega al vehículo, el resultado dependerá del tipo de proceso de obtención del H2 (gas natural, madera/carbón, electricidad) y de la eficiencia de la tecnología utilizada en cada proceso (Min-Max).
En consecuencia, los autores insisten en la necesidad de que “cualquier medida adoptada para incentivar o promover un determinado uso final de la energía debe considerar el impacto en términos de consumo de energía en toda la cadena de suministro”. El diagrama de Sankey (Cuadro 2) de la energía ilustra este enfoque de análisis global.