Ingenieros del ICAI en la RED

En los últimos años, este tipo de redes, que inicialmente parecían carecer del empuje de las redes sociales generalistas, están experimentando un fuerte impulso y parece que, al menos alguna, está llegando a tener la masa crítica suficiente como para prosperar. A partir del concepto de las redes profesionales están surgiendo otras que explotan negocios de nicho, como puede ser Unience, una red social de inversores creada por nuestro compañero Nicolás Oriol.

Twitter

Además de la explosión de este tipo de redes, en la última década se han desarrollado servicios más específicos, que por su versatilidad y capacidad de integración se están volviendo comunes para los usuarios. El primer tipo de aplicaciones de este tipo es, sin duda, el representado por Twitter.

Twitter es un concepto simple: mensajes de 254 caracteres que se publican en Internet y que pueden cargarse desde la web o directamente desde el teléfono móvil. Inicialmente este servicio tuvo un gran desarrollo en Estados Unidos, donde el envío de mensajes de texto a su web resultaba gratuito. Mientras, el desconocimiento y el pago por los mensajes lastró el servicio en Europa. Además, en un principio se desconocía la verdadera utilidad de un sistema semejante, pero su uso por personajes famosos, actores, deportistas y su empleo en la campaña electoral estadounidense demostraron las posibilidades que ofrecía este canal para transmitir impresiones de forma inmediata desde cualquier parte del mundo. Asimismo, la posibilidad de “seguir” a toda aquella persona que dispusiera de cuenta en Twitter, simplemente apretando un botón, facilitó su adopción por una gran cantidad de personas no necesariamente tecnófilas, sino simplemente capaces de remitir mensajes cortos desde sus móviles.

Mientras estas posibilidades se iban descubriendo, Twiter desarrolló una capacidad que al final está resultado clave: la de integrarse con las redes sociales y otros servicios y sistemas. Así, cuando alguien escribe un mensaje en Twitter, si dispone de cuenta en alguna red social, de un blog (de los que hablaremos más adelante) o de una web, puede aparecer en todas partes al mismo tiempo, dando mayor difusión al mensaje y evitando la necesidad de repetirlo para transmitirlo a toda su red. Gracias a esta capacidad, Twitter ha experimentado un desarrollo enorme en todo el mundo, del que no es ajeno España.

Los blogs

El blog es, sin embargo, el servicio (o herramienta, como mejor se le quiera denominar) más diferenciado y personal. Un blog consiste en un “diario” en el que el propietario va escribiendo reflexiones, artículos o relatos, que pone a disposición de todo aquel que entre en su página. Estos blogs cubren una gran variedad de temáticas, los hay desde muy profesionalizados hasta de simples aficionados. En los últimos años las empresas han comenzado a utilizar los blogs como una herramienta de comunicación muy importante con sus clientes, compitiendo entre ellas por captar su interés y por encabezar las clasificaciones de popularidad en Internet. Aparte de las páginas propias en las que se puede desarrollar un blog, existen empresas que facilitan la creación de estos, (Wordpress y Blogger son las dos más relevantes), poniendo a disposición del “escritor o blogero”, tanto la página como múltiples sistemas y programas que le faciliten información y vinculen la página con otros programas, como Twitter o cualquier red social.

Una característica interesante de los blogs es que, en cierta medida, están comenzando a quitar cuota de mercado a los artículos de opinión de la prensa tradicional: así, en muchos casos, para disponer de información relevante y actualizada sobre finanzas, energía, empresas, moda o casi cualquier tema, es más sencillo encontrarla en tres o cuatro blogs especializados que en la prensa. Para encontrar esos blogs, aparte de los buscadores de Internet habituales, existen páginas como Delicious, donde muchos internautas clasifican y puntúan la calidad de los blogs facilitando las búsquedas.

 
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