En términos absolutos sería el sector industrial el que más contribuiría al ahorro total con 3,9 Mtep (40% del total). (Figura 6).
Todo ello supondría una ahorro de 9,6 Mtep de energía final en el horizonte de 2020, es decir, un ahorro aproximado de 14,7 Mtep en términos de energía primaria, únicamente un tercio de lo necesario para cumplir el objetivo del 20% de ahorro de energía primaria en 2020. Para los autores, “a pesar de la caída de demanda sufrida en 2008 y 2009 por efecto de la crisis, el cumplimiento del objetivo de ahorro del 20% parece ambicioso”.
En resumen, los resultados obtenidos con los dos enfoques utilizados en el libro no invitan al optimismo en cuanto a la previsión de alcanzar el objetivo de eficiencia energética en 2020. El análisis macroeconómico de prospectiva incide en la dificultad de reducción de la intensidad energética primaria (tasa anual de ahorro de 2,4% muy superior a los ritmos actuales), mientras que el análisis bottom-up indica que el impacto en el ahorro energético de las aplicaciones de eficiencia es inferior al necesario.
Como expresa claramente la Comisión Europea: “La energía y su utilización nos afecta a todos. La eficiencia energética sirve para luchar contra el cambio climático, mejora la seguridad energética, contribuye al logro de los objetivos de Lisboa y reduce los gastos de todos los ciudadanos comunitarios. La obtención de mejoras de la eficiencia energética y el logro al menos del objetivo de ahorro energético del 20% deben seguir siendo una prioridad y una meta común de la Comunidad”. (Comunicación de noviembre de 2008 Eficiencia energética: alcanzar el objetivo del 20 %).
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