Estudio de las relaciones causales: De un marco teórico a una aplicación práctica

Introducción

Estudio de la causalidad

La idea de que el conocimiento causal es una característica fundamental para el entendimiento del mundo es muy antigua. Ya Aristóteles, en la obra Metaphysics (I, 1, 981 a 24-30) sostiene que el conocimiento está fundamentado en las causas. En la historia de la causalidad ha habido dos concepciones que han tenido gran influencia sobre el resto: a) la causalidad como una ilusión, defendida por Hume [1], y b) la causalidad como base epistemológica para la ciencia, defendida por Kant [2] o por Mill [3].

Dentro del ámbito científico, en las ciencias empíricas como la física, las relaciones causales son una manera típica de generar conocimiento y aportar explicaciones. Por ejemplo, cuando un físico cuántico calcula la probabilidad de que un átomo absorba un protón, está en realidad determinando la causa por la que el átomo salta a un nivel de energía. Es decir, intenta establecer una relación causa-efecto [4]. En las ciencias sociales, como en el derecho, la causalidad se utiliza para establecer una conexión entre conducta y responsabilidad, por ejemplo, como justificación en la imposición de una pena. Así, un jurado puede determinar si la negligencia de un médico en el tratamiento de la víctima fue la causa inmediata de su muerte y, en función de eso, condenarle o no.

 
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