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Tradicional reunión de la Promoción 1963 y afines en su 50 Aniversario

El 23 de febrero la promoción del año 1963 y afines celebramos el decimonoveno año consecutivo de amistad y recuerdo. Los actos consistieron, como ya es tradicional, en una misa y posterior almuerzo, llenos de cariño y emotividad para los 44 asistentes.

La misa fue impartida por Borja Dantart, hijo de nuestros compañeros Maisa y Ricardo, que lleno de generosidad siempre se siente feliz en estar con nosotros este día tan especial. Lo difícil que era llenar la falta del padre Goicoechea, nuestro profesor, que hasta hace cinco años, con motivo de su fallecimiento, siempre llevó con mano sabia esta celebración. Nuestra gratitud sin límite, querido Borja, que todos los años, nos llenas el corazón de alegría sin límite.

Este año tuvimos un recuerdo significado del Padre Caffarena, fallecido unos días antes. Sus inolvidables lecciones en los últimos cursos de la carrera, que tanto nos impactaron, fueron recordadas por José Manuel Retenaga con unas profundas palabras en la misa, donde destacó la lección maestra de nuestro profesor: "Hay que optar o bien por la nada, es decir, el absurdo, o por el infinito, es decir, el Misterio. Ninguna de las dos alternativas da seguridad, la duda permanecerá siempre; pero la elección no se puede regir".

Benjamín Galiana preparó el ambiente con unas palabras de bienvenida que nos llegaron de forma inmediata al fondo del corazón, donde recordó a todos los compañeros, esposas, hijos e, incluso, un nieto ya fallecidos.

Después de las lecturas de Pilar Magallón y María del Carmen Soneira, nos impactaron y emocionaron las palabras sabias y llenas de profundidad de Borja Dantart, cuando nos recordaba lo que trasmitió hace unos días a un curso que estaba impartiendo a chicos y chicas de 20 a 30 años, estudiantes y jóvenes profesionales: "Es difícil de explicar las manifestaciones del amor humano con la perspectiva cristiana, pero yo os digo que lo he visto. Lo he visto en el amor de amistad que lleva a unos compañeros a reunirse para celebrar hasta los cincuenta años de sus estudios. De unas mujeres que más allá del estricto "hasta que la muerte nos separe", siguen acompañando a sus maridos en estas reuniones. De unos matrimonios, que conscientes ya de los avatares de la vida, de la salud y la enfermedad, de la pérdida de seres queridos… siguen agradeciéndose mutuamente todo el apoyo, los desvelos y la paciencia. Todo esto me lleva a pensar, opinión personal quizá demasiado aventurada, que la grandeza del Amor de Dios supera la expectativa de felicidad de los seres humanos".

Las preces leídas por Adolfo Martínez Flórez hicieron referencia a la Escuela y memoria de nuestros padres, a quien tanto debemos y deseamos mantener para siempre en nuestra memoria.

La misa se completó con la despedida de Fernando Alonso, donde rememoró la estrofa de una canción plena de significado en estos momentos: "Gracias a la vida que me ha dado tanto."; hizo patente el hecho de estar en uno de los "períodos más hermoso de la vida, que es envejecer juntos" y resulta imprescindible tener un proyecto lleno de ilusión; concluyó con el salmo 26: "Señor, enséñame a comprender la realidad de mis años para que tenga un corazón sensato".

Concluida la misa nos trasladamos al hotel Husa Princesa para compartir un almuerzo organizado por nuestro compañero Isidoro Gómez Martín. Su gran experiencia y saber hacer, nos permitió disfrutar de una muy buena comida y de un gran salón exclusivo para nosotros. La colocación en las mesas fue muy distinta a otras ocasiones, debido a que el ambiente de las Bodas de Oro influyó en la agrupación por grupos de "antiguos compañeros de fatigas", con lo que algunas de las mujeres hicieron "rancho aparte" como se puede comprobar en las fotos.

Después de los aperitivos y la comida, Fernando Alonso agradeció de manera destacada la presencia de compañeros desplazados desde fuera de Madrid, y recordó a los que no habían podido asistir, comentando los correos o conversaciones con ellos y cómo todos mandaban un fuerte abrazo. A continuación concretó que con el de 2013 ya llevamos 19 viajes, y fue preguntando cuáles conservamos en nuestra memoria como extraordinarios, porque buenos y muy buenos han sido todos. La mayoría se inclinaban por Zamora, sin duda por la ejemplar compañía llena de cariño y conocimiento del padre Quintín Aldea, tristemente fallecido hace algunos años, entonces Bibliotecario Perpetuo de la Real Academia de la Historia. Ninguno olvidaba la anécdota con el Alcalde de Zamora, inédita e inesperada en un político, tan emocionado al escuchar las palabras dedicadas por nuestro grupo, que no se sintió con fuerzas para contestar hasta pasado un cierto tiempo.

Benjamín Galiana repartió la información del viaje programado para el presente año 2013; los días 24 a 26 de mayo, al ámbito del Pirineo de Navarra y Aragón, donde la base se localiza en la Hostería del Monasterio de San Juan de la Peña. El conjunto reúne condiciones destacadas de naturaleza, historia, arte y gastronomía.

Así concluyó un día feliz, de los catalogados como inolvidables a lo largo de toda una vida.

Promoción 1963 y afines

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