Estudió Ingeniería del ICAI (promoción 1951) animado por su tío abuelo, el Padre Ángel Ayala, S.J., primer rector del ICAI y fundador en 1909 de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas. De esas mismas raíces familiares, a través de la educación recibida de su madre, Aurora Ayala, asume un sólido testamento espiritual y moral, con un profundo respeto a la libertad personal.
Ya en su época de estudiante de ICAI, su espíritu espontáneo dinamizaba actividades sociales e iniciativas simpáticas como la "Hermandad de la Fructuosa", formada por el círculo de jóvenes amigas y conocidas, que por primera vez sorprendieron a todos con la presencia femenina.
En su vida fue hombre generoso y comprometido con las ilusiones y proyectos de todos los que convivieron con él. Con una personalidad enérgica, entusiasta y atractiva, disfrutaba protagonizando la vida social y la actividad laboral, siempre con la necesidad de compartir con otro, pues no era feliz trabajando a solas.
Como directivo y hombre de empresa mantuvo siempre una colaboración mutua en el trabajo con los que para él fueron, además de compañeros, grandes amigos. Trasladó al mundo laboral su inquietud personal por ayudar a los más necesitados. Fueron los años en que dedicó tiempo y esfuerzo a "Los Amigos de Santa Teresa", grupo de empresarios que desde el anonimato se implican y ayudan en la obra social de la Iglesia Católica.
Fue permanente su apoyo a la institución católica familiar. Acompañado de Carmen, su mujer, impartió cursillos prematrimoniales, siendo su labor formativa parte del recuerdo de varias generaciones de parejas jóvenes sevillanas.
Incansable, una vez jubilado, en los últimos años creó e impulsó la Asociación Sevillana de "Madre Coraje", ONG dedicada a la Ayuda Humanitaria, y a la promoción de Proyectos y Educación para el desarrollo en Perú y otros países del tercer mundo. Con estas palabras estimulaba al voluntariado: "Sería una pena no aprovechar todo lo que hemos aprendido durante nuestra vida laboral, por lo que invito a todos los jubilados como yo a aportar su trabajo y colaborar en esta obra social". Como despedida, otra de las frases que resumía su filosofía de vida: "si quieres un mundo mejor, sé tú mejor y pon tu grano de arena, que hace mucho".